Ayer volví a tocar en la Bodega Saltó. Como siempre otro concierto para recordar.
Volver al Poble-sec es lo que tiene, ahí empezó todo. AITORPENAK se gestó en las calles del Poble-sec. Vivía con mi ex-novia, tocaba el bajo con los Alfombra y me destinaron a trabajar a un equipamiento de adolescentes ubicado en la calle Concòrdia 35, l’Espai 12@16.
Ayer algunos de esos chavales vinieron al concierto de la Saltó convertidos en hombres. Enfocados (y encantados) con sus vidas, trabajadores y mucho más serenos. Así que aproveché para brindarles un concierto para ellos (¡¡esos BARÓN!!) y vaciarme con un repertorio a la altura de las circumstancias.
Antes de AITORPENAK, era Aitor del Casal y como «quién olvida de dónde viene no tiene rumbo» volveré a la Saltó y al Poble-sec siempre que pueda.
Por ellos, por el Sec, por el Solid Pop.
Seguiremos en la trinchera.